Pilates es un complemento perfecto para cualquier deporte ya que su filosofía se centra en el entrenamiento conjunto de la mente y el cuerpo para lograr un objetivo común.
La importancia de la respiración en su práctica aumenta el consumo de oxígeno y mejora la resistencia y la condición física general.
Se puede utilizar como calentamiento, para soltar la musculatura y disminuir la rigidez de las articulaciones.
Desarrolla la coordinación y el equilibrio y mejora la concentración, por eso Pilates se describe como un “ejercicio consciente”.
Trabaja al mismo tiempo la fuerza muscular y la flexibilidad, lo que previene los acortamientos musculares.
En la mayoría de deportes se trabajan los músculos principales y a medida que éstos se fortalecen y aumentan de volumen se olvidan otros más pequeños y débiles, creando desequilibrios musculares e incluso posturales y funcionales. Pilates ayuda a localizar estos músculos menores o secundarios y aprender a utilizarlos para un desarrollo muscular compensado.
Fortalece el centro abdominal, básico para sustentar la postura estática y realizar cualquier movimiento de manera estable y equilibrada.
En la recuperación post entrenamiento ayuda a relajar la tensión muscular y articular, mejora la circulación sanguínea y limpia los deshechos que el organismo genera durante el esfuerzo.
En caso de lesiones favorece la recuperación y permite mantener la actividad deportiva, al ser un ejercicio aeróbico de bajo impacto y poder trabajar en descarga.
Los ejercicios deben realizarse con mucho control y una gran concentración, lo que hace que mejore nuestra conciencia corporal. Esto se refleja en el rendimiento deportivo, al ser capaces de sentir los músculos que activamos más fácilmente o saber cuando estamos o no trabajando grupos musculares en cualquier actividad.
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